lunes, 18 de octubre de 2010

La primera experiencia

El buen juez por su casa inicia. Comienzo así el relato de mi primera experiencia porque creo que sería una situación incongruente que no fuera su servidor el primero en aplicar alguna propuesta de nuestro proyecto. Así que, prácticamente de manera fortuita he hecho la primera acción (creo que exitosa) de este movimiento.

Todo comenzó hace unas semanas, cuando en mi afán por tratar de acercarles un poco de cultura a mis alumnos asistí en contra horario al Zócalo capitalino con la intención de visitar el museo-sitio del templo mayor. Esta actividad estaba enfocada a repasar los fundamentos de repaso que realizo con mis alumnos en la materia de Historia ( no es necesario mencionar que se encuentran, como diría José Ramón Fernández, en”super cero” en relación a los conocimiento históricos y otras artes) específicamente en el tiempo prehispánico.

Dispuesto estaba a entrar cuando un fuerte cerco de seguridad alrededor del Palacio Nacional llamó poderosamente mi atención. Había oído por radio, tv e internet que se encontraba una exposición temporal, pero tanta seguridad me hizo preguntarme ¿Qué sería tan importante para ser custodiado por policía federal pasando por arduas revisiones?

Decidí dejar el templo mayor (que modestia a parte conozco de buena manera) y me dispuse a hacer una corta fila para entrar. No quisiera describir mi asombro y mi orgullo al disfrutar de la exposición denominada “México 200 años La patria en construcción” para despertar en ustedes la curiosidad y que se den la oportunidad de asistir. Sólo diré que, de todas las acciones realizadas por el gobierno federal, está es la más importante y valiosa. Verdaderamente se invirtió en grande para traer piezas increíbles como el estandarte usado por Don Miguel Hidalgo o el documento que afirma que México es independiente de España con las firmas originales de los participantes. Debo decir que, reflexionando días después, al ver tantas piezas y evidencias “palpe” la Historia y entendí que todo aquello que presentan los libros de texto no es un mito. El poder tener “contacto” con tanta historia es realmente impresionante y me quede asombrado de tanta cultura y tantos siglos de grandeza que no es posible comprender en tan pocas horas. Verdaderamente maravilloso… así que compartí la experiencia con los más cercanos: mis alumnos.

Uno pensaría que tomarían con renuencia, tanto padres y madres como chicos, la idea de levantarse a la misma hora de la escuela o más temprano para asistir a un museo, pero uno no conoce la capacidad de la gente hasta que la pone a prueba. ¡La respuesta fue increíble! En dos días diferentes de visita (sábado 9 y domingo 17 de octubre) asistieron aproximadamente 70 personas que junto conmigo hicieron la visita al museo. En algunos casos hubo padres, madres y alumnos que asistieron a las dos convocatorias con tal de encontrar algo nuevo…  de los 29 alumnos que tengo matriculados en grupo 25 asistieron, involucrando a sus familias. Los comentarios después de la visita son positivos. A unos cuantos, como a mí, les “cayó el veinte” de que la Historia de México esta viva y es mucho más que un mito nacionalista. A otros les impresionó la estructura del antiguo Palacio del Virreinato, actual Palacio Nacional, los murales del maestro Rivera y el lujo de las salas del segundo piso, incluida la sala embajadores por donde cada año pasa el presidente en turno a conmemorar el grito de independencia, y a otros simplemente les pareció agradable cambiar “de aires” sabatinos y dominicales, según sea el caso. Todos se llevaron algo de ese día. Un éxito rotundo. Sobre todo porque después supe que, la gran mayoría se interesó el mismo día por visitar la Feria Internacional del Libro, o el museo de culturas populares, o San Ildefonso, o la casa Juárez…

Con este relato quiero dar el primer ejemplo que el esfuerzo y el sacrificio del maestro funciona y que siempre y cuando tengamos el peso moral de trabajo los padres y los alumnos nos siguen, porque confían en nosotros, porque creen en nuestro trabajo. Y nuestra responsabilidad es usar esa confianza y credibilidad para acercarlos a las artes, a la cultura que esta tan devaluada en este país, leer, conocer, preparase. Con dos mañana de sacrificio creo haber logrado algo valioso: sembrar en los niños la curiosidad, la novedad, el orgullo. Una semilla que seguiré desarrollando en ellos a pesar de que para esto tenga que emplear tiempo y sacrificar ciertas situaciones personales ya que es un precio muy barato para el fruto que podemos obtener.

Así que de esto surge la primera propuesta compañeros y compañeras que nos siguen: hacer un directorio de salidas gratuitas, enriquecedoras y posibles que nos permitan desarrollar en nuestros alumnos concepciones artísticas, históricas y valorares. Además de ponernos de acuerdo y plantear un día en donde podamos realizar nosotros mismos la visita para saber cuáles son las condiciones del lugar y qué implicaciones podemos tener al realizar la visita. Por mí encantando de hacer con varios maestros, psicólogos y seguidores la visita al Palacio Nacional o recibir propuestas de lugares culturales e históricos que visitar para poder retroalimentarnos.

Compañeros es muy necesario tener en cuenta eso… se necesitan muchas manos, muchas mentes, muchos corazones.

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